El
mastín español es una raza de perro boyero de gran tamaño
originaria de
España, donde fue abundante en casi todo el territorio y hoy lo
es de forma particular en
León,
Zamora,
Extremadura,
Asturias,
Cantabria, norte de las provincias de
Palencia y
Burgos, y en menor medida en
el resto de la Meseta Norte.
Durante
siglos el mastín ha acompañado a los rebaños de ovejas trashumantes que
recorrían las cañadas reales leonesas atravesando de Norte a Sur la
Península
Ibérica, defendiendo al ganado del ataque del lobo; el mastín contaba con la
protección de su abundante papada, así como con carlancas o carranclas, especie
de collares gruesos de metal con pinchos. En algunos lugares es conocido como
perro merinero por acompañar al ganado ovino de raza merina.
A finales del
siglo XIX, con la desaparición de la Meseta y de los traslados de ganado, el
mastín sufrió un retroceso, que se acentuó durante el
siglo XX y de forma más
drástica después de la
Guerra Civil Española y su consiguiente periodo de
escasez. Según ciertas crónicas, en la época del descubrimiento y la posterior
Conquista de América, estos perros, junto a otras razas de gran tamaño, eran
entrenados y empleados en ocasiones por el ejército español como perros de
guerra, utilizados para atacar, rastrear o vigilar posiciones, especialmente
contra los nativos americanos.
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